Belén y Diego son maestros, ella de jardín y él de secundario.

Nos reunimos por primera vez en un café de Chacarita para conocernos y conversar sobre los detalles de su casamiento.

Belén es de sonrisa fácil. Diego, en cambio, tiene cara de tipo serio y hasta aparenta ser enojón. Pero fue cuestión de solo cinco minutos para que estuvieran super sonrientes contándome la historia de su relación.

La fiesta fue super personal, pequeñita, organizada enteramente por ellos mismos y los estuvieron acompañando sus mejores amigos de toda la vida.

Por eso, la onda que había en el lugar era la de esas juntadas en las que la gente se mira y automáticamente se caga de risa.

Amo este tipo de historias!